Translate

lunes, 28 de octubre de 2013

POLLO A LA BRASA

Hablar hoy en día del pollo a la brasa es hablar de Perú, es que hablar de pollo a la brasa nos viene a la mente un jugoso pollo de piel dorada, la historia de este potaje se remonta a muchos años atrás cuando nuestros antepasados asaban un ave de una sola pieza que llamaban cancas, en la década de los cincuenta  reaparece entre nosotros tal como lo conocemos hoy cocinada en hornos de brasas  a través de un mecanismo que hace girar al ave insertada en una barra denominada spedio lo cual hace que la cocción sea pareja.

Su aceptación fue inmediata y se apoderaba de todo el que lo probaba, es por eso que el Instituto Peruano de Cultura no dudo en reconocerlo como Patrimonio de la Nación a través de una resolución directorial, estudios indican que el 95% de los peruanos prefieren ir a una polleria que a cualquier otro tipo de restaurante, el 45% asiste semanalmente una vez por semana a una polleria, nueve de cada diez consume usualmente  pollo a la brasa.

La historia de la creación del pollo a la brasa se remonta a los primeros días del mes de enero de 1950 bajo la sombra de los molles (árboles de pimienta) de una huerta en la hacienda Santa Clara en Chaclacayo, donde Roger Schuler un ciudadano suizo que había llegado al Perú con la intención de hacer inversiones hoteleras, se deleitaba viendo como su cocinera ensartaba de lado a lado con una barra de hierro de un metro de largo, unos “pollos bebé”, para luego hacerlos girar manualmente sobre la brasa de leña.
Roger Schuler se interesó en este nuevo sabor obtenido con el pollo, y decidió investigar más sobre como lograr un sabor único y un proceso de producción que pudiera darle impulso de negocio rentable. Así, el 5 de febrero de ese mismo año Roger buscó a su amigo y compatriota Franz Ulrich, un experto en metal mecánica y le pidió que le construya un horno con características especiales... le pidió que sea capaz de hacer girar unas barras de hierro que cargarían el peso de 8 pollos bebés de un kilo cada uno aproximadamente... este invento fue llamado el “rotombo
El horno fue instalado en casa de Roger Schuler, quien además ya había ensayado junto a su cocinera diversas recetas que hicieran único el sabor del pollo, así montó un improvisado restaurante al que llamó “La Granja Azul”, cuya especialidad era solo “pollo a la brasa”. Un letrero en plena carretera central de los años 50 decía “Coma todo el pollo a la brasa que quiera por 5 soles”, marcó el éxito del negocio desde el primer día.
 Público de todo Lima llegaba a La Granja Azul montados en sus poderosas Camionetas para literalmente devorar los tiernitos pollos a la brasa de corral. Este era el único restaurante de Lima donde su aristocracia se permitía comer con las manos, y dar rienda suelta a sus apetitos “jurásicos”, compitiendo por quien podía comer más pollos a la brasa en un solo almuerzo. La cuenta era gratis para quien batía el record, además de perennizar su nombre y foto en un lugar preferencial del salón.
Tanto fue el éxito que a los pocos años otro suizo abrió el restaurante El Rancho, en la avenida Benavides en Miraflores, y le pidió a Ulrich que también le construyera un “rotombo
Ese fue el inicio de todo este negocio. Los siguientes 5 años se abrirían no más de 10 nuevas pollerías en todo Lima. Su consumo era elítico en el precio y era un manjar de apenas almuerzos y generalmente sólo sábados.
El rotombo fue perfeccionado con motor, engranajes y cadenas para más producción, y el pollo a la brasa que se vendía era de más tamaño que el originario.
Con el paso de los años, las cadenas de restaurantes especializados han conseguido que el pollo a la brasa sea el plato más consumido por los peruanos, internacionalizando su sabor, precisamente con los inmigrantes.
Nuestro pollo a la brasa se encuentra con mucho éxito en países como: Brasil, Chile, Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Colombia, México, Estados Unidos, España, Japón... y muchos más le seguirán.





RECETA (una receta secreta no divulgarla)

 1 Pollo entero chico.
5 cucharadas de ajo molido.
 2 cucharadas de romero.
3 cucharadas de sal.
 50 grs. de mantequilla.
 2 cucharadas de comino.
2 cucharadas de sillau (salsa de soja).
 2 cucharadas de sazonador.
 2 cucharadas de pimienta negra.
 Orégano.



PREPARACIÓN
Embadurnar el pollo, previamente lavado, con la mezcla y llevarlo a las brasas, al rojo vivo. El tiempo de cocción estará supeditado a su constante supervisión 











No hay comentarios:

Publicar un comentario