Hablar hoy en día del pollo a la brasa es hablar de
Perú, es que hablar de pollo a la brasa nos viene a la mente un jugoso pollo de
piel dorada, la historia de este potaje se remonta a muchos años atrás cuando
nuestros antepasados asaban un ave de una sola pieza que llamaban cancas, en la
década de los cincuenta reaparece entre
nosotros tal como lo conocemos hoy cocinada en hornos de brasas a través de un mecanismo que hace girar al
ave insertada en una barra denominada spedio lo cual hace que la cocción sea
pareja.
Su aceptación fue inmediata y se apoderaba de todo el
que lo probaba, es por eso que el Instituto Peruano de Cultura no dudo en
reconocerlo como Patrimonio de la Nación a través de una resolución
directorial, estudios indican que el 95% de los peruanos prefieren ir a una
polleria que a cualquier otro tipo de restaurante, el 45% asiste semanalmente
una vez por semana a una polleria, nueve de cada diez consume usualmente pollo a la brasa.
La historia de la creación del pollo a la brasa se remonta a los primeros días del mes de enero
de 1950 bajo la sombra de los molles (árboles de pimienta) de una huerta en la
hacienda Santa Clara en Chaclacayo, donde Roger Schuler un ciudadano suizo que había llegado al Perú con la
intención de hacer inversiones hoteleras, se deleitaba viendo como su cocinera
ensartaba de lado a lado con una barra de hierro de un metro de largo, unos
“pollos bebé”, para luego hacerlos girar manualmente sobre la brasa de leña.
Roger Schuler se interesó en
este nuevo sabor obtenido con el pollo, y decidió investigar más sobre como
lograr un sabor único y un proceso de producción que pudiera darle impulso de
negocio rentable. Así, el 5 de febrero de ese mismo año Roger buscó a su amigo
y compatriota Franz Ulrich, un experto en metal mecánica y le pidió que le
construya un horno con características especiales... le pidió que sea capaz de
hacer girar unas barras de hierro que cargarían el peso de 8 pollos bebés de un
kilo cada uno aproximadamente... este invento fue llamado el “rotombo
El horno fue
instalado en casa de Roger Schuler,
quien además ya había ensayado junto a su cocinera diversas recetas que
hicieran único el sabor del pollo, así montó un improvisado restaurante al que
llamó “La Granja Azul”, cuya especialidad era solo “pollo a la brasa”. Un letrero en plena carretera central de los
años 50 decía “Coma todo el pollo a la
brasa que quiera por 5 soles”, marcó el éxito del negocio desde el
primer día.
Público de todo
Lima llegaba a La Granja Azul montados en sus poderosas Camionetas para
literalmente devorar los tiernitos pollos
a la brasa de corral. Este era el único restaurante de Lima donde su
aristocracia se permitía comer con las manos, y dar rienda suelta a sus
apetitos “jurásicos”, compitiendo por quien podía comer más pollos a la brasa en un solo almuerzo.
La cuenta era gratis para quien batía el record, además de perennizar su nombre
y foto en un lugar preferencial del salón.
Tanto fue el
éxito que a los pocos años otro suizo abrió el restaurante El Rancho, en la
avenida Benavides en Miraflores, y le pidió a Ulrich que también le construyera
un “rotombo
Ese fue el inicio
de todo este negocio. Los siguientes 5 años se abrirían no más de 10 nuevas
pollerías en todo Lima. Su consumo era elítico en el precio y era un manjar de
apenas almuerzos y generalmente sólo sábados.
El rotombo fue
perfeccionado con motor, engranajes y cadenas para más producción, y el pollo a la brasa que se vendía era de
más tamaño que el originario.
Con el paso de
los años, las cadenas de restaurantes especializados han conseguido que el pollo a la brasa sea el plato más
consumido por los peruanos, internacionalizando su sabor, precisamente con los
inmigrantes.
Nuestro pollo a la brasa se encuentra con
mucho éxito en países como: Brasil, Chile, Venezuela, Ecuador, Argentina,
Bolivia, Colombia, México, Estados Unidos, España, Japón... y muchos más le
seguirán.
RECETA (una receta secreta no divulgarla)
1 Pollo entero chico.
5 cucharadas de ajo molido.
2 cucharadas de romero.
3 cucharadas de sal.5 cucharadas de ajo molido.
2 cucharadas de romero.
50 grs. de mantequilla.
2 cucharadas de comino.
2 cucharadas de sillau (salsa de soja).
2 cucharadas de sazonador.
2 cucharadas de pimienta negra.
Orégano.
PREPARACIÓN
Embadurnar el pollo, previamente lavado, con la mezcla y llevarlo a las brasas, al rojo vivo. El tiempo de cocción estará supeditado a su constante supervisión
Embadurnar el pollo, previamente lavado, con la mezcla y llevarlo a las brasas, al rojo vivo. El tiempo de cocción estará supeditado a su constante supervisión
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