No es francés el pato, ni siquiera europeo. El pato mundial es de
origen peruano, incaico, mochica, de Lambayeque. Tres mil años después de
habérsele domesticado, los mejores patos se crían en el Nuevo Mundo, en Ferreñafe,
tierra maravillosa donde encontramos la más antigua causa nacional, con pescado
seco y cebolla en escabeche, yuca, camote y huevo.
Me imagino
que más de un francés estará pensando
que es esto, observo un temblor de dientes en
defensa de esas cumbres de la gastronomía de Francia que son los patos
en diversas salsas de naranjas o cerezas, de moras, o el fantástico pato
servido a los tres emperadores en París después de la derrota de Napoleón. ¿De
dónde el pato? ¿Del Perou? ¿La cordillera de los Andes?
El pato
inigualable carne mulata y sápida, dispuesta a derramar jugos secretos como si
se tratara de seducir a los paladares, el pato, tan
suntuoso el sabor que sugiere muchedumbre de tentaciones. La idea del pato, su
carne perfecta, suavísima pero tenaz, gorda y sin embargo libre de grosura,
pato fundamentalmente contaminado por especies gloriosas y hierbas, verduras y
frutas, ese pato se continúa como una complicación humana, experiencia que
exige repetirse y evoluciona a delicadas extracciones, verdaderas minucias, un
conjunto de obras culinarias que constituyen una celebración de la buena vida y
de la preponderancia de nuestra especie.
Hemos
llegado a la gran familia de las Ánades, de la que proceden patos domésticos,
gansos, cisnes y patos viajeros, silvestres, escuadras ruidosas, gritadoras o
trompetistas, cuyo paso por los cielos a sur y norte anuncia que se acercan
inviernos o veranos.
En
cuestión de patos, nos interesan dos grandes familias: el Mallard, célebre Pato
Chino o Pato Pequinés, domesticado (y devorado en preparaciones realmente
celestiales) desde hace dos mil años, más pequeños y magros que la otra
categoría universal, la célebre Cairina moschata, nombre científico del Pato
Americano, más exactamente, Pato del Perú, al que la denominación no hace
referencia alguna y que es un aporte incaico (y en verdad más antiguo) a la
gastronomía mundial tan importante como el de la papa o patata, el camote y el
maíz... sólo para empezar. Edad probable: unos dos mil años.
Esto
no significa que no existiesen otras clases de patos? Si pero no se conocían
domesticadas sino como piezas de caza.
Remotos
chinos y antiguos peruanos sedujeron a los patos a compartir existencias y
Mallard o Muscovy (el otro nombre dado al Pato Peruano), chino o nacional, lo
cierto es que los patos pasaron a darse una envidiable vidorra en climas que no
exigían abrumadoras migraciones, ni tuvieron que combatir a atroces
depredadoras del aire o buscar alimentos, pues los animales domésticos han celebrado
una suerte de contrato social con sus futuros comensales: se dejan alimentar y
se dejan comer
Todo
indica que el Cairina Moschata, en realidad el famoso Ñuñuma, gordo y
espléndido, constituía uno de los alimentos más finos en la amplitud del Imperio
Incaico. Conviene recordar que no eran aves desconocidas en Europa, donde
cazaban especies silvestres y migratorias. El pato sudamericano de corral
aparece mencionado por primera vez en una obra publicada en Lyón, con cartas y
relatos españoles capturados en el Caribe por piratas franceses en el distante
año de 1533. Afirman los españoles que los indios "los hacían comer patos
de tierra, más grandes que los encontrados en Castilla". Acaso las cartas
prueben que dos años antes de la fundación de Lima, aún no había llegado el
Ñuñuma a Sevilla, ni se había extendido la crianza del Pato de Pekín a una
Europa aficionada, aquí es preciso establecer que los Conquistadores no
encontraron solamente una variedad de pato, Ñuñuma, cuyo nombre americano deja
establecido el Inca Garcilaso (inca a medias, hijo de capitán español con
ñusta, dice Garcilaso en tercera persona, como un observador de las alturas:
los indios le llaman Ñuñuma) aunque ya ha sido mencionado, sin nombre, sólo
descrito como un pato de gran tamaño, por españoles que habían entrado desde el
principio a dominar un fantástico imperio. Juan Ruiz de Arce, compañero de
Pizarro, uno de los principales en la captura de Atahualpa en Cajamarca y
también de los inteligentes que volvieron con su parte del tesoro a España,
informó que había muchos patos domésticos en el Tahuantinsuyo, criaban y comían
patos de buen tamaño los indios. Lamentablemente ni él, ni otros testigos del
principio de la Conquista, ni los cronistas que llegaron después, simplemente
nadie se preocupó por recoger recetas originales del Pato del Perú ganso
medieval, estirpe de Oriente que suponemos llegada por las rutas de Venecia y
Lisboa.
Cuánto
tiempo había existido un pato de corral en la región andina? Una referencia se
encuentra en huacos de la antigua Cultura Vicus, en los que aparecen hasta
cuatro clases distintas de patos, una de los cuales parece ser Ñuñuma
En
verdad conviene revisar la primera lista de patos ofrecida por Juan José Vega.
Además del Ñuñuma existía el Tacama, pato de plumaje negro con pecho blanco; y
el célebre Sarangallo, un pato de mar que, en vez de plumas, tenía un vello muy
delicado, que los curacas usaban para hacerse tejer mantas de una textura
extraordinaria. Otro pato remoto era el Chamuco, extinguido lo mismo que el
Sarangallo. Menciona también el Pato Real, el Atarami, el Vilcayacu (ave de
gran tamaño), el Sacha Pato (negro, de la región del Amazonas), el Pato de
Puna, el Pato Rana, el Pato Ajau y otras especies que no eran domésticas:
Mariquiña, Juanana, Taca-taca, Aguash. Otro pato francamente imperial, de la
propia región del Cusco: el Carcana. Y el Pilli, su pariente cercano. Todo
permite suponer que el Pato del Perú no fue bien recibido en España, como
ocurrió con otros productos americanos: la papa, que daban a los cerdos hasta
Parmentier; o la piña, cuyo olor encantó a Felipe II, que rehusó comerla por su
aspecto agresivo, de modo que fue puesta al margen de las aficiones
gastronómicas de la época. En muchos casos, habrían de ser franceses o ingleses
quienes rescatasen sabores y componentes despreciados por España.
Hoy
en día entonces podemos concluir que nuestros patos domesticados actualmente
son familia de esos patos que los grandiosos incas aprendieron a domesticar
hace unos cuantos miles de años. Un aporte más del Perú al mundo, que luego con
esa fusión de ingredientes y costumbres nos llevaron a elaborar lo que hoy
conocemos como arroz con pato, ceviche de pato, pato en Jerry, sopa de pato y
sigan contando.
Ahora
les voy a dejar la receta de nuestro muy conocido arroz con pato, que en el
siglo XIX tuvo momentos de escasez y su precio se vio incrementado, la
dificultad de conseguir un pato tierno, hizo que esta receta de arroz con pato también
se elabore con pollo, la receta proviene del norte del Perú
ARROZ CON PATO
INGREDIENTES
1 pato en presas
1 atado de culantro (cilantro)
1 cabeza de ajo
2 cebollas
2 ajies amarillos
1 cucharada de aji mirasol licuado
½ kg de arvejitas (guisantes)
1 kg de arroz
1 botella pequeña de cerveza negra
½ cucharadita de pimienta
½ cucharadita de comino
2 cubitos de caldo
Vinagre
Aceite
Sal
PREPARACION
Coloque las presas del pato a adobar al menos una hora en una
pasta hecha con ajo molido, pimienta, comino, sal, y un chorrito de vinagre
Aparte prepare un aderezo con el ajo molido, la cebolla picadita y
el ají mirasol, hasta que esté bien frito, Agregue el culantro licuado y fríalo
también hasta que cambie de color a un verde oscuro.
En este aderezo eche las presas de pato adobadas y sofríalas hasta
que estén doradas, moje entonces con la cerveza negra, échele los cubitos de caldo,
dele un hervor y agréguele agua hasta cubrir las presas.
Al cabo de una hora aproximadamente las carnes deben estar
tiernas. Un poco antes agregue las arvejitas y los ajíes amarillos limpios y
cortados en tiras, deje hervir unos minutos retire las presas y agregue el
arroz lavado, probando el punto de sal.
Añada agua caliente hasta que su nivel se eleve un par de cm sobre
el nivel del arroz y hierva a fuego vivo, hasta que se formen huecos en el
arroz. Entonces baje el fuego y deje secar.
Vuelva a poner las presas de pato. Deje reposar unos 10 minutos
antes de servir el arroz con su presa de pato.
Me gusta su página, encuentro mucha historia, cultura y recetas. Bravo!!
ResponderEliminarme alegra muchísimo que te agrade, la idea es esa poder llevar conocimiento de lo interesantisimo que es la historia detrás de nuestras comidas, somos un país lleno de cosas maravillosas y una de ellas es nuestra herencia cultural, un gran abrazo.
ResponderEliminarExpectacular
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